viernes, noviembre 09, 2007

el primer beso

Todo el mundo dice recordar su primer beso. Esa sensación dulce, esponjosa, nueva, maravillosa, desconocida hasta ese momento, y luego hartamente repetida. Tras la pregunta de si recordamos nuestro primer beso, nos viene a la cara un gesto de añoranza mezclado con la inocencia de lo que antaño era algo pecaminoso.

 

Pero a que primer beso nos estamos refiriendo? Porque mas de uno seguro que ha pensado en ese primer beso de su juventud, cuando entre la pandilla de amigos se empieza a hablar de esas cosas y a uno le entran las prisas por saber como es, que tiene que hacer, si lo que dicen será verdad o no, si lo haces mejor o peor, vamos, ganas de opinar con razón.

 

Pero la verdad es que a lo largo de nuestra vida tenemos muchos primeros besos. Pensar un poco. El primer beso de nuestra niñez, con esa chica tan mona y rubia de la cual hacemos gala de novios en el colegio, el primer beso de nuestro verdaderos amor de juventud, ese que pensamos que será para siempre y duradero, nuestro primer beso con la mujer de nuestra vida, la que realmente nos hemos casado con ella y con la cual compartimos el resto de nuestros días, el primer beso de casados, que siempre sabe distintos y se recuerda, el primer beso de la reconciliación, con una mezcla de salado y amargo, el primer beso del adiós, la primera separación de mas de 3 días seguidos tras la boda, el viaje, y todos unos años juntos sin separarse mas que para el trabajo, y como no, el primer beso del reencuentro, tras las palabras de “nunca mas nos volveremos a separar tanto tiempo”, el primer beso para con tus padres de amor y perdón, esa mezclar provocada por una relación de amor y en algunos casos odio sano con nuestros padres. El primer beso a tu mujer tras ver nacer a tu hijo, aun juntas las manos con la emoción del momento, y mirando ambos a la nueva vida que habéis traído al mundo. El primer beso protector, ese que dedicas con todas las energías posibles para cuidar y proteger a los tuyos.

 

La verdad es que de cada uno de ellos podemos dar hasta el mas mínimo detalle de cómo fue, de que sentimos, de que pensamos, de que ideamos, de que deseamos, de que esperamos. Podemos retratar cada segundo de ese momento, y cada décima parte del segundo. Podemos hacer pasar esa película tan despacio como queremos, recordarlo y recrearnos en ello. La verdad es que hay muchos primeros besos.

 

Pero de todos ellos, hoy quiero hablaros de otro algo distinto, y es que si hay una pauta en común con todos los anteriormente descritos, es que fui YO el que daba el beso, fui yo, el que tomo la iniciativa, fui yo el que propicio el momento, lo busco, y lo transformo en maravilloso y único, y probablemente por ser yo, puse en alerta a todas mis neuronas para que no se perdieran ni un segundo, ni una décima de segundo de todo lo que iba a ocurrir. Pero lo dicho, hoy os quiero contar ese primer beso, que no dí yo, sino que lo recibí.

 

Os podría decir que fue tan maravilloso como los que he dado, tan estupendo y espectacular como los que he propiciado a mis seres queridos, pero la verdad es que os estaría mintiendo, porque ha sido mejor.

 

Siempre cuando uno no se espera algo, dicen que sabe mejor, que se añade el factor sorpresa a ese cúmulo de sensaciones que vas a recibir. Si a eso le añadimos que es de una persona querida se incrementa doblemente, si le sumamos que es puro y sincero se cuadriplica, si proviene de tu hijo de apenas 15 meses entonces se octuplica, si ves que no puede dartelo por su altura y te pide que te agaches para ofrecértelo sin nada a cambio se hace infinito y se te encoge el corazón en pensar que este va a ser el primer beso que nunca olvidarás, el que te han ofrecido por amor, sin esperar nada y porque necesitaban dártelo.

 

Gracias cariño por este “primer beso”. Te quiero.

 

 

 

 

 

No hay comentarios: