sábado, septiembre 29, 2007

Empezamos a tener una historia que contar

Apenas las tres de la tarde y hay un poco de hambre, tras toda la mañana hablando sin parar, Elenia y yo nos encaminamos en busca de un restaurante donde comer algo. Es Bilbao, o mejor dicho, Erandio, una localidad adjunta a Bilbao. El caso es que el tema prometía ya que por todos es sabido el buen comer de estas tierras.

 

Finalmente el tiempo se nos ha echado encima y tenemos que comer en un pequeño restaurante de un centro comercial sin embargo y a pesar de los recelos inicial sorprende la variedad de platos y como veríamos al final, la calidad de los mismo. Grata sorpresa!! Sin muchos miramientos y sin una clavada en el bolsillo íbamos a comer, sin saber ni comerlo, de maravilla.

 

Así trascurría la comida, entre los recelos iniciales y la grata sorpresa que iba siendo el degustar cada plato, cuando Elenia y yo fijamos nuestra atención y conversación en las paredes del susodicho restaurante. “Sinca 1500, maravilloso coche de la época pensado para… “ así encabezaba el enunciado de un pequeño póster en A4 de publicidad de la época de tan singular coche. Tras leerlo detenidamente, un par de cm a la derecha otro, en este caso, Renault 12, este si que lo he conducido, o mas bien diría, lo he usado, lo tenia mi padre cuando trabajaba en … y el Ford Granada, jo!! Esto si que era un cochazo, mas bien un mega cochazo, para los de la época, no cabía por las calles de lo grande que era, recuerdo que mi padre también tuvo uno, y se sentía como el presidente cuando lo conducía, “menudo coche”.

Fíjate el Renault 25, menuda silueta, grande, como un tiburón hambriento, los orígenes de lo que es hoy el “vel satis”, y por ahí también veo el Ford Escor, y SEAT 123, pero si ese aun lo tiene mi tío, lo llaman la Aceituna, y sabéis porque? Por que es de color verde, y el pobre al ser chiquito, pues eso, que parece una aceituna. Que años, cuando me montaba en ese coche e íbamos al pinar con mi abuelo a coger setas. Éramos los nietos mas felices, de paseo, al campo, a la aventura, a jugar entre la resina de los pinos, y de vez en cuando a coger alguna seta.

Anda!! Si esta el SEAT 133!! Guauu, recuerdo que mi abuelo tenia uno, era color, amarillo, o mas bien beis clarito, si, diría que amarillo, y con la capota Negra, como si en su momento hubiese sido descapotable y luego se la hubieran pegado, mi abuelo, lo guardaba como una autentica joya. En su momento tuvo una autoescuela, y sino recuerdo mal fue el primer modelo que tuvo como coche de autoescuela, siempre los tuvo de dos en dos, dos 133, luego dos 123, luego dos ibiza ( menudo salto y categoría de coche)… pero este siempre lo guardo con especial cariño. Creo que lo quería regalar algún sobrino, pero el caso es que en esos momento éramos todos muy chicos. Aun así, los primos nos montábamos dentro de él, en el garaje, y hacíamos fantásticos viajes por el mundo, era un súper coche.

Mira allí!!  El 132, este lo compro mi padre, y este si que era amarillo. Lo recordaré siempre, porque por aquel entonces no había sillas de seguridad para niños, ni asientos especiales, ni cinturones, y los viajes entre Madrid y el pueblo eran toda una aventura, además de larguísimos. Siempre nos poníamos mirando por el cristal de atrás, al coche que nos seguía, e intentando adivinar cuantos irían dentro.

 

Que tiempos, aunque como dirían mucho, yo soy muy joven y aun no tengo nada que contar, los viejos son otros. Pero pasados los 30 dos pensamientos me vienen: “que equivocados estamos” y “que lindo es tener historias que contar”.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay q mayor me has hecho sentir...nosotros íbamos en un Seat124, el coche del vaquilla como le decían mis primos...y yo solo recuerdo q me mareaba mucho!!!!!Buah!