jueves, septiembre 20, 2007

Parabola del pescador

Dejarme que os cuente una pequeña historia y que cada cual saque sus conclusiones…

 

Cierto día, en una pequeña isla llamada “la graciosa” donde apenas conviven diariamente 50 personas, llego uno de esos que se llaman a si mismos “consultor” , como bien definió Elenia, son aquellos que vienen a tu casa, se meten en todos los sitios, te preguntan mil cosas sobre ti mismo, hacen miles de cálculos y pesquisas, para terminar diciéndote lo que ya conocías y sabias desde hacia tiempo y encima cobrándote por ello.

 

El caso es que este “consultor”, fue a parar a dicha isla, por prescripción médica ya que tenia, según su médico, un nivel altísimo de estrés y estaba al borde de un colapso. Nuestro consultor tras llegar a la isla en el único medio existente, un pequeño barco que hacia el recorrido desde la cercana Lanzarote dos veces al día, se sentó en la playa a observar a los pescadores en su ir y venir diario.

 

Tras el tercer día de observación de los lugareños, se levanto decidido y se fue directo a hablar con uno de ellos, el cual lo había visto ir y venir todos los días. Se llamaba “Artemi”, y lo había visto todos los días como caminaba desde su casa hasta la playa, cogía su barca, salía a pescar cerca de la costa y regresaba. Para la hora de la comida.

 

Nuestro consultor se encontraba aturdido ante tanta tranquilidad y sosiego y decidió que intentaría hacer algo para cambiarlo.

 

Se acerco a Artemi y empezaron amistosamente a conversar sobre esto y aquello, lo de aquí y lo de allí, sobre todo y sobre nada. Así siguieron haciendo durante un par de días mas, en los cuales nuestro consultor descubrió que todos los días Artemi, pescaba mucho mas de lo que realmente traía de vuelta a tierra, que estaba casado, que tenia una hija, llamada “Yaiza”, y que parte del pescado lo vendía a un amigo suyo que lo llevaba a Lanzarote para poder venderlo a ciertos restaurantes de alto estanding que valoraban mucho cierto tipo de pescado y máxime cuando se había pescado de forma artesanal.

También descubrió que era un hombre tremendamente feliz, que no tenía ninguna meta, mas que ser feliz y pescar lo justo y necesario para seguir siendo feliz y que a su familia no le faltara de nada. Su ilusión cuando se despertaba, era salir a pescar y volver con la comida, y gracias a ello y que podía hacerlo era uno de los pescadores mas sonrientes y alegres que se podía encontrar en “la graciosa”.

 

Aunque su médico le había prohibido trabajar, nuestro consultor, cada vez que hablaba con Artemi, analizaba toda esa información y le daba vueltas y mas vueltas, hasta que finalmente, el ultimo día antes de marcharse, se sentó con Artemi y tuvieron la siguiente conversación.

( A- Artemi, C- Consultor )

A: Buenos días, mi niño, como hemos dormido hoy?

C: Muy bien Artemi, aunque ha sido mi última noche, hoy vuelvo para mi ciudad. Aunque antes de nada quería proponerle algo, me permite

A: por supuesto buen hombre, cuénteme, en que puedo ayudarle?

C: se que igual es entrometerme, y por supuesto que no voy a cobrarle nada por mis consejos, pero he estado pensando en todo lo que me ha contado y creo que podría ganar mucho dinero, mas bien muchísimo.

A: y eso, porque? Y para que?

C: esta claro. He analizado el precio al cual vende usted sus pescado, el coste que tiene salir a buscarlo, alojamiento, esfuerzo, un suplemente por posibles causas de fuerza mayor, imprevistos, stock, etc.. y creo que podría venderlo mucho mas caro, con eso conseguiríamos unos beneficios superiores, y en un plazo estimado de aprox 6 meses tendría tales ahorros que podría hacer frente a una barca superior, incrementando la cantidad de peces y por tanto los beneficios diarios que generaría, seria algo exponencial y de rápido crecimiento, que le llevaría en no mas de 2 años a obtener unos ingresos muy superiores y poder en un futuro abrir la expansión hacia nuevos sectores y campos, en definitiva es una oportunidad excepcional de crecer.

 

( tras un largo silencio, que al consultor se le hizo eterno )

 

A: ummm, eso estaría muy bien, pero para que?

El consultor no daba crédito a lo que oía.

C: Como que para que? Con este plan, podría usted crecer y crece y ser en pocos años muy rico, que digo millonario.

A: y para que quiero ser millonario?

C: umm, no lo entiendo Artemi, para ….. para …. Es lo que la gente quiere

A: si, eso es lo que usted, piensa, pero para que quiero yo ser millonario, que conseguiría con eso.

C: pues tener mucho dinero

A: y para que quiero yo el dinero.

C: si tuviera mucho dinero, podría retirarse y hacer lo que usted quisiera sin preocuparse por nada mas

A: por ejemplo, si fuera rico, me podría dedicar a ir todos los días a pescar, tranquilamente, sin preocuparme por nada, y volver a la hora de la comida a comer con mi familia

C: POR SUPUESTO

A: es decir podría ser Feliz haciendo eso.

C: Eso ES.

A: pues querido amigo, ya lo hago y ya soy feliz, así que para que quiero ser millonario si ya tengo lo que los millonarios tienen.

 

……….. felices sueños lector…..

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