para lo bueno y para lo malo.

Tranquilo todo el mundo, que no voy a hablar de matrimonio ni nada que se le parezca. Aunque la frase viene que ni pintada.

 

Hoy en día vivimos colgados de un pequeño “dispositivo” aunque más bien lo llamaría “anclaje”, y es nuestro teléfono móvil. Siempre esperando una llamada, siempre pendiente de su movimiento, siempre ausentes cuando no lo tenemos. El caso es que se ha convertido en algo parte de nosotros, y no lo digo en sentido figurado, podemos ir medio desnudos, pero el móvil lo llevamos en una mano.

 

Y desgraciadamente siempre lo utilizamos para dar malas noticias. Siempre que salimos de viaje hay alguien que nos recuerda aquello de “llévate el móvil por si acaso pasa…”, realmente es un invento espectacular para esos casos, ahora, cuando estamos inmersos en la era de la comunicación, oigo frecuentemente decir a mi padre “ ay! si tu abuelo levantara la cabeza y viera un móvil… las veces que él decía que no había podido avisar o que lo hubiera necesitado cuando se quedaba bloqueado por la nieve…” el caso es que las llamadas que mas recordamos son aquellas que tristemente nos daban una mala noticia, aquellas que nos hacían salir corriendo de donde estábamos para ir a no se donde, de la manera mas rápida… es desesperante.

 

Siempre  malas noticias! Por desgracia la utilidad del teléfono la emparejamos con buscar una salida rápida, con notificar algo malo, con una solución inmediata.

 

Y porque no, una buena noticia. Deberíamos crear una nueva asociación, “ en PRO de noticias buenas por el móvil”, “salvemos la reputación del móvil” o “el móvil es tu amigo, llámale”. El caso es que hoy, en medio de los bosques gallegos, camino de un aeropuerto he recibido una llamada de las que espero no olvidar en mucho tiempo. La gran duda que imagino que os planteáis es  :” era para algo bueno o para algo malo”

 

Pues afortunadamente, para algo maravilloso, y es que mientras pasaban los km a mi lado, sin mas compañía que la voz de mi dulce amor al otro lado, me han dado una noticia : “Vas a ser papa”. Ni que decir tiene que no perdí el control, ni tuve ningún accidente, así que no tuve que volver a usar el móvil para llamar a la grúa, pero por un instante, pensé en todos esos momentos, en los que damos “malas” noticias sin querer queriendo, y pensé que por un día, por un momento, por una ocasión iba a tener la oportunidad de ser yo quien iba a dar esa buena noticia, de ser yo quien iba a llamar a todo el que pudiera para que tras descolgar y escuchar mi voz, oyeran una BUENA noticia.

 

Para lo bueno y para lo malo, hoy toca usar el teléfono y sonriamos que es para algo maravilloso.